📻 Programa Radial: 📻 Educación al Debate conducido por el Prof. Jose Saldeño
👂👂👂 ARTICULO DE OPINIÒN 👂👂👂
EZEQUIEL
ZAMORA EN LA VENEZUELA DEL SIGLO XXI
Alejandro, de siete años salía a su
habitual receso. En los pasillos se escuchaba una algarabía. Un contingente de
estudiantes del liceo habían invadido su escuela. Se movían mesas y sillas,
aparecían bolsas negras y maestros dando algunas instrucciones lo que le
indicaba que algo fuera de lo habitual habría de ocurrir aquella mañana.
Alejandro le asalta la curiosidad, de pronto empiezan a ver que en los papelografos, pancartas, pendones, maquetas y
afiches se prefiguraba el rostro de un
hombre con una mirada profunda que la dirige
hacia el horizonte. Vestido de camisa con cuello alto y chaqueta a modo de capa
y con su mano derecha sostiene un pergamino enrollado contra su pecho. Marca la
diferencia la ausencia de sombrero o quepi lo que deja ver un cabello
ensortijado, frente amplia y entradas prominentes. Sus rasgos son muy marcados,
los ojos hundidos, las mejillas afiladas y el bigote muy poblado y oscuro. A
modos de títulos y en letras al estilo
gótico se lee: Ezequiel Zamora, General del Pueblo Soberano.
Se va a casa movido por la curiosidad,
prende el televisor y en una cuña se
avizora una suerte de himno con el rostro de nuevo de aquel hombre, y en breves
momento comienza una cadena y aparecen soldados con atuendos de la época,
dirigidos a una tarima principal donde está el Presidente de la Republica, una
vez más aparece el tributo para aquel hombre, Ezequiel Zamora, y entre tantas
palabras le resuena al oído de niño
nombre del pueblo de Villa de Cura.
A
este contexto nos trae el proceso de transformación curricular, cara a cara con la historia, nos asalta el reto de
revisar procesos, personajes y lugares en lo que ahora conocemos como
geohistoria. Y es precisamente ese el reto,
montar la pulpería de Ezequiel en la Escuela para comenzar el proceso reflexivo
y critico de analizar los hechos y
acontecimientos que nos definen ya no con el periódico Guzmancista “El
Venezolano” de los años 40, sino con la Constitución, leyes, programas y
documentos que nos inviten a romper con la hegemonía pedagógica y simplista con
la que hemos sido formados. Para ello, al maestro le vendría bien una actitud
de apertura, sindéresis y reflexión permanente que nos lleve a entender la
madre de todo proceso social lo que conocemos como causa-efecto.
Allí irremediablemente podrían pasar dos
cosas, la primera encontrarse desmotivados y sin encontrar relaciones, para más
tarde hablar de contextualizar el currículo e integrar procesos. Los segundo,
quedar atrapado con la magia que
despierta la conciencia, la reconstrucción de un hecho que a pesar de estar tan
lejos cada día se acerca más a nosotros y nos hace entender lo que nos habían
ocultado. Cobra allí vida la frase del momento “Por aquí paso Zamora”, y ya puesto en el tapete en el marco del
Bicentenario de su natalicio seria pertinente hacer algunas aportaciones al
debate.
Lo primero se hace visible. Zamora, hombre invisibilizado y
distorsionado “intencionalmente” en la historia de Venezuela es traído de nuevo
al debate público por el Comandante de la boina roja. ¿Por qué y para que
oscurecer su vida? ¿Y por quienes? Una
ligera revisión, ejercicio habitual de
calentamiento para un maestro, nos abre el telón y refresca la escena. Lucha de
clases, hegemonía, pequeños grupos que detentan y parasitan del poder, premura
por controlar los recursos, prebendas, conspiraciones y traiciones de muchos que se venden como afectos a una causa pero que
los mueve la codicia y la vileza en sus corazones.
Nada difícil darle veracidad a estos
argumentos: Conquista, vasallaje y colonización de los primeros bandidos que
llegaron a este Continente trayendo sus amplias agallas por echarle el guante
al oro, las perlas, el café y el cacao para aquella España debilitada por las
guerras. Un único propósito someter al débil doblegando su conciencia a través
del coloniaje religioso y cultural.
Como es preciso para recobrar la dignidad
siempre hay un valiente que se revela (como Zamora) y en marzo de 1495, se alzo
el Cacique Caonabo quien intentó atacar la fortaleza de Santo Tomás, (Centroamérica) pero fue derrotado por Alonso de Ojeda y
posteriormente capturado y entregado a Cristóbal Colón con fuertes grilletes para finalmente ser lanzado al mar,
autentico hecho para denominarlo como día
de la Resistencia Indígena y no celebrarlo el 12 de octubre, fecha del
comienzo del genocidio.
En otro contexto más conocido, levantó las
banderas de la dignidad el cacique
Guacaipuro, cargando la ira del que le matan a sus hijos y le violan a sus
mujeres. Guaicaipuro formó una coalición de gran alcance en contra de la
conquista española del territorio Venezolano, con diversas agrupaciones que él
condujo durante el siglo XVI en la región central del país, especialmente en
Valle de Caracas dirigiendo, a los Caciques Tiuna, Naiguatá, Guaicamacuto,
Chacao, Terepaima, Catia, Aramaipuro, Paramaconi y a su propio hijo el Baruta.
Otro ejemplo clásico es la culminación del proceso de independencia, el
asesinato de Sucre, la separación de la Gran Colombia con la traición y conspiración
de la Cosiata hasta la muerte del mismo Bolívar,
trajo como consecuencia el surgimiento del caudillismo rodeado de una casta de mantuanos,
godos, realistas y militares que
triunfaron frente a Bolívar y que como forma de pago por su “sacrificio a la
patria” se hicieron dueños de grandes lotes tierras desangrado al país a través del latifundio y
el pillaje. Los platos rotos lo vinieron
pagando los campesinos, pequeños hacendados que se vinieron a la ruina, los
hijos de esclavos negros (manumisos).Nace así una nueva casta de ricos recién
vestidos que se apropiaron del comercio, potenciando la compra de bienes y
servicios que luego se lo venderían a los venezolanos y sobre todo a los que
trabajaban en las haciendas comprometiendo de por vida a pagar estas enormes
deudas.
Con este panorama deprimente en una
Venezuela post guerra de independencia, devastada en sus campos y que conservaba las mismas relaciones
económicas de la colonia donde priva la opresión y la exclusión social y
política, surgía una hombre que habiendo nacido en plena Guerra de independencia
(1817), recogió en su pecho aquella angustia colectiva. Fue desde una pulpería
ubicada en la Villa de San Luis Rey donde se reunía aquel grupo de hombres para
discutir las atrocidades del Gobierno de Páez, influenciados por “El Venezolano”
un periódico que dirigía el demagogo Antonio Leocadio Guzmán y que
circulaba por todo el país. Allí en esa pulpería, aquel Zamora que llego al
pueblo en 1830, empezó a gestar un
movimiento articulado con Caracas y que devino en el Nacimiento de la Sociedad
Liberal de Villa de Cura.
El programa de dicha sociedad y que se
consustanciaba con el partido liberal, redistribución equitativa de las
tierras, alterabilidad republicana, liberación de los esclavos y tierra y
hombres libres.
Continuó así una insurrección campesina
sin una clara organización política al principio pero que se fue macerando
hasta llegar a las elecciones de 1846, donde Antonio Leocadio Guzmán, quien ya
contaba con el respaldo popular debido a su fallido intento de entrevistarse
con Páez en la Victoria, su encarcelamiento y posterior puesta en libertad por
la presión popular, se convertiría en el Candidato Presidencial. Ocurrió lo
usual en gobiernos déspotas y corruptos, amañamiento en los procesos
electorales que para el momento era censitario (votaban aquellos llamados
ciudadanos con cierta estabilidad económica), colocando las reclutas para
impedir las elecciones así como poniendo a votar a militares, contrario al marco
jurídico de entonces..
Al mismo Ezequiel Zamora le impidieron
ejercer su voto en la Plaza Mayor de la Villa de San Luis Rey, haciendo uso de argumentos
falaces como que estaba inhabilitado por estar haciendo propaganda a su favor.
Como es de esperarse se formó una trifulca en el lugar, pasando lo mismo en
varias partes del país. Sin embargo en
Magdaleno se puso acida la escaramuza cuando al Francisco José Rangel “Indio
Rangel” veterano guerrillero que luchó en la independencia con el General Zaraza, le quisieron aplicar la misma receta y se
amotino propiciando un alzamiento con 300 peones, apoderándose de Guigue,
arrasando la hacienda de Yuma, propiedad del ultraconservador Ángel Quintero.
El 9 de septiembre del 48 se uniría el
Indio Rangel con Ezequiel Zamora en Guambra y comenzaría una contienda en todo
el país bajo el grito de tierra y hombres
libres y viva a libertad, dando inicio a la rebelión campesina del 1846.
Detengámonos un poco en esta apasionante
relatoría histórica y regresemos al contexto pedagógico que nos ocupa. Desde el
ámbito escolar solemos recrear la historia de nuestros próceres, hechos,
eventos y acontecimientos, casi como un cliché cuando trabajamos en un enfoque
lineal, positivista o conductista y nos perdemos del caudal de posibilidades
que nos permitirían un enfoque más crítico y reflexivo que valla mas allá de
hacer la tarea, en aquello que ahora se dice “cumplimiento” es decir cumplo y
miento.
Al igual que con el Proceso de Independencia, el 23 de enero de
1958, el pacto del punto fijo, el Caracazo, el 4 de Febrero de 1992, la revolución Bolivariana después de 1999 o la
partida física de Comandante Chávez, podríamos hablar de Ezequiel Zamora con un enfoque que nos permita identificar causas,
consecuencias, precisar quiénes son los que detentan el poder detrás del telón
político con nombres y apellidos. Un enfoque así que no ritualice o mitifique los
acontecimientos históricos o momifique a un personaje sirve de mucho para la
formación de una conciencia geohistórica, critica y reflexiva. Para ellos
tendríamos que tener gallardía y ser autocríticos con nuestros procesos
sociales. Ejemplifiquemos un poco con Zamora
y otros procesos con un par de
preguntas polémicas que nos inviten al debate:
¿Quién dio la orden para que saliera la
bala que segó la vida del Valiente General y por qué? ¿Quiénes traicionaron a Bolívar?
¿Qué hace que una masa acepte pasivamente las relaciones de dominación?,
¿Quiénes son hoy como ayer la oligarquía?
¿Cuáles son sus mecanismos de dominación? ¿Por qué la escuela prefiere a un estudiante
tranquilo, que no proteste y hable poco y no argumente o se enoje? ¿De qué
sirve una colorida cartelera o un trabajo de corta y pegue, limpiamente
presentado sin un par de juicios críticos que muevan la fibra de aquel
estudiante?
Si partimos de la premisa de que es la
burguesía la que saca mayores dividendos en las relaciones de poder, entonces ¿cómo hacer más efectiva una revolución que comience
en la conciencia? ¿Por qué los grandes líderes
son asesinados sin una masa que los defienda en el momento? ¿Qué papel jugaría
las ideas y luchas de Ezequiel Zamora en la Venezuela del Siglo XXI? ¿Se hace
una revolución con una prebenda material, la reivindicación de un derecho, el
sálvese quien pueda o en contraposición con el despertar de la conciencia, la pasión
revolucionaria, la sensibilidad por el débil, la solidaridad y el estudio?
Temas espinosos y duros que tendríamos que
traer al tapete con franqueza y sin miedos a la nueva escuela que queremos
construir. Aquí diríamos que queremos “La Paz” en las escuelas, pero jamás
aquella Paz, que nos paralice, que alimente nuestra resignación pasiva de un destino
o que apueste a un redentor que resuelva por nosotros todos los problemas sin
antes organizarnos, sino aquella Paz que
nace cuando se apoya en la Justicia y la solidaridad entre los más humildes.
Solo así podríamos realmente disminuir los niveles de violencia en el país y
acabar con una economía bachaqueril que apunta al egoísmo. Para sorpresa de
algunos todo tiene relación con el todo y el tema político concierne
necesariamente a la escuela liberadora. Discutamos pues…
Por José Saldeño
educacionydebate@gmail.com
RUTA BICENTENARIA EZEQUIEL ZAMORA
VALLE DEL TUCUTUNEMO
Por Prof. Anderson Ceballos
En el marco del Bicentenario del Natalicio del General del Pueblo
Soberano, el Colectivo de Formación Docente, Samuel Robinson presenta un
especial a través de su plataforma digital, www.educacionaldebate.blogspot.com,
para resaltar la Ruta que realizó Ezequiel Zamora en el Valle de
Tucutunemo, Estado Aragua y que culminó con la Batalla de Los Bagres. En
esta disertación hecha en la U.E.N. R. Nº 426- Ricardo Piña, El Onoto,
en el marco del 1er Congreso Circuital La Espada de Bolívar, el Prof.
Anderson Ceballos, Investigador y Promotor de la Escenificación Pedagógica de la
Batalla de Los Bagres para el Nivel de Media, nos invita a realizar un
recorrido de las tropas del General Zamora, los personajes y sitios
claves así como también la estrategia militar empleada. Producción y
Montaje, Prof. José Saldeño y su equipo de Producción, Aragua, Feb 2017.
♫♫♫♫ ESCUCHAR EXPOSICIONES AQUI: 🎶🎶 🎶 🎵🎵
- Ruta de Zamora, Batalla de los Bagres Nº1
- Ruta Valle de Tucutunemo Nº2
- Ruta de Ezequiel Zamora, Batalla de los Bagres
PELÍCULA: ZAMORA TIERRA Y HOMBRES LIBRES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ZAMORANAS
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